La carboxiterapia es un tratamiento para combatir la celulitis, la grasa localizada, la flacidez y las estrías. El dióxido de carbono, más conocido como dióxido de carbono (CO2), se inyecta en el tejido subcutáneo, mediante una aguja muy fina para mejorar la circulación, nutrición y oxigenación en la zona tratada, con la formación de nuevo colágeno y fibras elásticas.
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El tratamiento puede ser de 5, 10 o 20 sesiones, divididas en una o dos veces por semana, con una duración de 15 a 40 minutos, según la zona a trabajar.